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jueves, 21 de noviembre de 2019

Félix Seijas: Ni el chavismo está consolidado ni la oposición tiene ganada ninguna elección


El encuestador y analista político Félix Seijas señaló que la solución más probable al conflicto político que vive el país es una salida negociada, pero la oposición necesita buscar fórmulas para incrementar la presión sobre el bloque de poder, en función de obligarlo a negociar.

Banca y Negocios / Armando J. Pernía

Seijas indicó que 2020 será un año electoral y que el escenario con mayores posibilidades es que se realicen comicios parlamentarios sin presidenciales, por lo que los grupos de la oposición mayoritaria debe diseñar una hoja ruta para enfrentar esa realidad.

Durante el foro «¿Se Resolverá Esto en el 2020?», organizado por la firma consultora Aristimuño Herrera & Asociados, Seijas fue enfático al señalar que ya la oposición debería tener clara la estrategia para enfrentar unas elecciones que son inevitables, porque «llegar tarde puede tener unas consecuencias desastrosas».

«La gente va a favorecer la ruta que resuelva mejor sus problemas vitales. Ese debe ser el mantra que guíe la acción política de la oposición, porque si el chavismo empieza a generar sensación de bienestar, entonces no habrá nada que hacer, porque estará mucho tiempo en el poder. Se produciría, entonces, una situación de baja tensión social con alta represión», advierte Seijas.

No obstante, Seijas manifestó que es muy difícil que la oposición deje de existir, porque, en su opinión, «el chavismo no es un régimen consolidado. Un régimen se consolida cuando sus reglas son aceptadas por todos los actores sociales y eso no está pasando, ni va a pasar en el corto plazo; pero es posible. Por eso, la presión permanente es fundamental».

– La confianza perdida –

Félix Seijas apunta que las propuestas del actuar líder de la oposición vienen perdiendo confianza entre el electorado, pero aún mantienen un nivel importante de credibilidad.

«La oposición está luchando por mantener su poder de convocatoria, porque sin ese poder de convocatoria no tiene nada. En mayo, 98% de la oposición dura confiaba en Guaidó, pero además tenía el aval del 81% de la oposición blanda y un 50% de confianza de los nos alineados. En nuestras mediciones más recientes esos niveles de confianza han caído 24%, 34% y 39%, respectivamente. Uno puede ver el vaso medio lleno, pero lo grave es que esa confianza sigue cayendo. La gente duda», insiste el analista.

Sin embargo, el gobierno de Maduro, al que Seijas califica de autoritario, también tiene sus graves problemas. El encuestador sostiene que al chavismo no le sirve cualquier elección parlamentaria, porque necesita ganar legitimidad, por lo que está presionado, por su situación internacional y por imperativo de la crisis, a actuar de cierta manera democrática, aunque no se puede descartar que actúe de otra forma ante un resultado muy adverso, pero esa actitud tendría «un altísimo costo».

«Ya la estrategia de la oposición debería estar definida, con un plan bien elaborado. El antichavismo tiene miedo a participar, porque sabe que activar el ánimo del votante es complicado, pero si se trabaja adecuadamente se puede lograr algo importante», subraya Seijas.

– La medición de fuerzas –

De acuerdo con la data estadística de Félix Seijas, 95% de la población considera que la situación del país es mala.

Sin embargo, las fuerzas políticas están distribuidas en 23% para el chavismo, 40% para la oposición y el 36% restante es el sector no alineado.

El chavismo duro alcanza a 14%. Según Seijas, este es un sector mineralizado, que es muy difícil de reducir, porque están conectados con una idea de país, transmitida por el ex presidente Hugo Chávez y reconocen a Maduro como continuador. Hay, además, un 9% de chavistas descontentos.

«En consecuencia, el chavismo no va a desaparecer, aún representa la cuarta parte del país y no se puede ignorar. Claro, ha caído de manera importante, porque viene de 60% de respaldo, pero sigue siendo relevante. Cualquier grupo político en el poder por tanto tiempo soñaría con este nivel de respaldo«.

El caudal de voto potencial de la oposición es, si se quiere, menos concreto. Según Seijas, el voto duro de la oposición alcanza a 30% de los electores, mientras que 10% es un sufragio «blando». ¿Esto que significa? Que en un escenario de alta abstención, el caudal electoral de la oposición se reduciría a solo 30% de su fuerza potencial.

En un escenario así, el chavismo tiene la primera opción de triunfo, porque en una elección cerrada, quien tiene el control suele ganar, y el gobierno de Nicolás Maduro controla las instituciones, los tiempos del proceso y sus mecanismos organizativos.

«¿El chavismo hace trampa? Sí, aunque la mayoría de las elecciones que ganó en el período de Chávez fueron victorias perfectamente legítimas, era mayoría. Yo tengo el testimonio de gente muy cercana al proceso de elección de la Constituyente que señala que ante la realidad de que no había más de 3.000.000 de votos, en unos comicios donde el chavismo estaba solo, sacaron a Smartmatic de la sala de totalización del CNE y dieron un cómputo distinto. Lo que sí está claro es que ante una diferencia de 5.000.000 de votos, no pueden hacer nada, excepto tomar el poder por la fuerza y pagar las gravísimas consecuencias», advierte Seijas.

La oposición, según Seijas, tiene el punto a favor de que 85% de los venezolanos con capacidad de votar quiere cambio y 75% de ese total no quiere, definitivamente, que el chavismo siga en el poder. El problema es que el sector político anti gobierno no logra capitalizar claramente todo ese caudal de descontento, y ello se nota en lo institucional, ya que la pérdida de apoyo del Psuv no se traduce en el crecimiento de otra fuerza en el bando democrático.

«La oposición necesita unidad, una ruta política clara, buena comunicación y controlar las expectativas. Hay que aceptar que esto va para largo, por lo que hay que desmontar los mitos de las salidas rápidas. Hay que actuar con realismo. Esa es la parte difícil. La buena noticia es que hay un cambio de discurso. Guaidó está señalando que no hay salidas mágicas, que esto es un proceso. Sin negociación, una transición política tiene bajas posibilidades de éxito y ahí es donde hay que ver el caso de Bolivia», apunta Seijas.

La mayoría del país está desorientado, al menos, el 60%, mientras la base activa de la oposición y su liderazgo político mantiene una conversación permanente consigo mismo. Un ejemplo: la mayoría del país aún cree que el sector opositor no tiene una propuesta alternativa para el país, no sabe que existe un plan en el que se ha invertido mucho trabajo de gente experta.

A Seijas le preocupa el «comportamiento adolescente» de cierto sector de la oposición, cuya respaldo es excesivamente volátil con el liderazgo. Hacia este sector, la estrategia debe ser moderar las expectativas.

– ¿Quiebre militar? –

Para el analista Félix Seijas, la actitud que tome la Fuerza Armada Nacional es clave; no obstante, cree que es poco probable que se produzca un «quiebre» en el sector militar, en primer lugar porque parece estar fragmentado y ya no parece dispuesto a enfrentarse intestinamente por el control del poder con las armas.

«Las última vez que las armas llevaron a un gobernante al poder fue con Cipriano Castro y la revolución restauradora. Es difícil que los militares se caigan a tiros entre ellos para imponer un proyecto de poder, por lo tanto hay que conseguir un quiebre en bloque, con consenso interior, lo cual es tremendamente difícil. Los militares no van a dar un salto en el vacío, por lo que hay que tenderles un puente amplio, si se quiere que dejen de respaldar a Maduro«.

En cambio, «la sociedad civil es débil, pero se está fortaleciendo. Por cierto, las empresas forman parte de esa sociedad civil y pueden hacer una labor importante hablando con sus trabajadores. La sociedad civil es una fuerza invisible, pero sí actúa la cosa se mueve. Hoy en día, la gente, incluso la más humilde, entiende que los empresarios son necesarios, por lo que ha aumentado la confianza en ellos; a pesar de todo el esfuerzo que hizo Chávez para debilitarlos«.

– El respaldo internacional –

El analista político Félix Seijas reconoce que una de las ventajas de la oposición liderada por Juan Guaidó es una fuerte coalición internacional alineada con la idea de que el cambio en Venezuela conduzca a un sistema de instituciones democráticas con garantía de libertades.

Sin embargo, la ausencia de resultados, en medio de un contexto de elevadas expectativas, puede hacer que ese respaldo se reduzca, porque, al final, los gobiernos, especialmente los vecinos, lo que necesitan es estabilidad en Venezuela. «Si es con libertades, mejor; pero si la situación permanece estancada, es posible que la estrategia cambie a una negociación con quien tiene el control».


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