Luis Miquilena, exminsitro de Hugo Chávez, afirmó hoy que el fallecido presidente “fue un farsante” ya que cuando llegó a la primera magistratura “salió con otro programa” al que le vendió al país. Dijo que al principio pensó que el líder bolivariano “era un hombre verdaderamente sincero”
Néstor Daniel Marín C. / La Verdad
Luis Miquilena, exminsitro de Hugo Chávez, afirmó hoy que el fallecido presidente “fue un farsante” ya que cuando llegó a la primera magistratura “salió con otro programa” al que le vendió al país previo a las elecciones de 1.998.
"He llegado a la conclusión de que Chávez fue un farsante, después de que lo conocí más íntimamente”, dijo Miquilena en entrevista con el programa radial Los Imposibles, de Leonardo Padrón. “Después de que le vendió un programa a un país, salió con otro programa".
Miquilena, de 95 años, y considerado el mentor político de Chávez, dice que al principio pensó que el líder bolivariano “era un hombre verdaderamente sincero”, pero que cuando éste llegó a Miraflores comenzaron a tener diferencias que luego llevaron a su separación.
“Uno de mis defectos es que soy realmente muy crédulo. Tú me dices una cosa y te creo hasta que se demuestre lo contrario (…) yo parto de la buena fe de la gente”, se excusa Miquilena.
El experimentado político aseguró estar “dolido” por la responsabilidad que se le atribuye en la primera victoria electoral de Chávez.
“Hugo Chávez llega al poder cuando aquí hay una crisis de los partidos políticos. Los partidos habían entrado en una etapa de desgaste”, describe Miquilena, quien no dudó en criticar los niveles de corrupción en la llamada revolución bolivariana. “Ya la corrupción era algo corriente, pero era un robo de gallina en comparación a la de esta gente”.
Miquilena confesó uno de los primeros actos de corrupción de la familia de Chávez, llevado a cabo por sus propios padres en Barinas.
“La madre (de Chávez) casi a los pocos días de haber entrado en el poder compró una casa en Alto Barinas, que es como decir el Country Club de Barinas, y yo le dije ‘bueno chico, esto es un desastre. Tu mamá acaba de comprar una casa en el Alto Barinas, ¿qué vas a hacer con eso?’ Eso era la comidilla diaria porque ellos vivían en un rancho”, narró Miquilena. “Chávez me dijo: ‘chico, te voy a pedir un favor en el alma: habla tú con mi papá, y le dije ‘¿yo? ¡No señor! Eso es un problema tuyo. Y si tú no tienes bolas para arreglar eso, arréglate contigo mismo”.
El lado débil de Chávez
Entre tantas cosas, Miquilena contó a Leonardo Padrón cuál era el talón de Aquiles de Hugo Chávez: la vanidad.
“Un día estábamos Fidel, Chávez, yo y un grupo, y él le dijo: ‘Hugo, es esa casita donde tú naciste va a venir la gente a rezar dentro de 500 años, porque tú habías nacido allí’. Eso me cayó a mí como un plomazo. Ahí me di cuenta de la maniobra de Fidel: había descubierto el lado débil del hombre, la vanidad, porque Chávez se infló”.
Miquilena cuenta que al escuchar las palabras del líder cubano salió de la habitación donde estaban reunidos. “Le dije a uno de los que estaba conmigo: ‘me perdonan la palabra, pero erste viejo del carajo (Fidel) que sabe que está diciendo una mentira del tamaño de una catedral, le ha descubierto el lado flaco a este hombre (Chávez), que es la vanidad. Chávez eera un hombre que tenía un Dios por dentro, un ego gigantesco”.
El quiebre
Miquilena, exministro de Interior y Justicia durante el gobierno de Chávez, explicó que decidió alejarse del programa bolivariano luego de una reunión que se realizó en la isla de Margarita con el ahora expresidente cubano Fidel Castro.
“Nos reunimos en Margarita, en el hotel. Ahí le dije es un error garrafal que tu escojas el camino del estatismo, y el comunismo disfrazado de alpargatas. Esto es una chapucería lo que tú tienes aquí. Expropiar gente, atentar contra la propiedad privada, la cual existe desde el hombre primitivo”, relata Miquilena. “Le señalé todas esas cosas ¿Cómo vienes tu a quitarle fábricas a una gente? No hay uno de estos experimentos que haya tenido éxito”.
“Lo primero que me asombró fue que el miserable de Fidel se quedó callado, y Chávez también”, asegura. “Si no tienes una rectificación para esto, busca un nuevo ministro. Yo no sigo un día más con esto”.
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