Los jóvenes de "Resistencia Palaima" se turnan para subir a sus apartamentos a asearse, comer y descansar, pero la “trinchera” nunca la abandonan. Al caer la noche designan a un grupo que estará a cargo de hacer vigilia durante la madrugada
Por Verónica Albarrán / La Verdad
Aunque son pocos, las ganas de vivir en un país próspero, sin delincuencia ni colas para adquirir alimentos, los hacen sentir como todo un ejército de civiles; así lo expresan quienes continúan al frente de la llamada “Resistencia Palaima”. Se trata de un grupo de al menos 30 jóvenes que se mantienen en vigilia en las áreas verdes del conjunto habitacional.
Se turnan para subir a sus apartamentos a asearse, comer y descansar, pero la “trinchera” nunca la abandonan. Al caer la noche designan a un grupo que estará a cargo de hacer vigilia durante la madrugada. El temor de un nuevo ataque por parte de motorizados armados está latente, por lo que no se dan el lujo de dormir.
“No nos importa si somos 30 o si somos 300, seguimos resistiendo, declarando nuestro rechazo en contra de este Gobierno que tiene a Venezuela hecha un desastre. La gente nos dice que nos estamos desgastando, pero no lo vemos así. Estamos dando la cara por el futuro de nuestro país”, expresó una estudiante de Derecho residenciada en Palaima.
La joven aclaró que su protesta es pacífica, y a pesar de casi cumplirse dos meses de manifestaciones, señaló que la esperanza de un mejor futuro supera el cansancio de quienes allí persisten. Detalló que pasan sus días reunidos, centrados en fijar nuevas estrategias de acciones de calle. “Vamos a organizarnos pacíficamente para seguir alzando nuestra voz de protesta en las calles”.
Vecinos atemorizados
Con los recuerdos de aquel jueves cargado de violencia, saqueos y abusos, los vecinos de residencias Palaima están en desacuerdo con la presencia de los jóvenes manifestantes en el interior del urbanismo. La posibilidad de revivir los ataques violentos de grupos armados en contra de la comunidad los mantiene atemorizados.
Varias reuniones se han llevado a cabo entre los estudiantes y propietarios de los apartamentos a fin de llegar a un consenso; sin embargo, nada ha ocurrido. Soraya Prado, vecina del edificio uno, destacó que aunque apoya la iniciativa de los manifestantes, comprende la posición de los habitantes del conjunto residencial.
“Es lamentable que la lucha de esos muchachos haya tenido este desenlace. Yo los apoyo y los entiendo, pero también comprendo lo que alegan mis vecinos. Luego de lo que pasó acá, nosotros queremos evitar una situación similar”.
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