La grandeza de la sede donde se discuten las leyes de un país, en donde se debe legislar para el bien común de la población, quedó sepultada gracias a la intervención del diputado Pedro Carreño.
El hombre que afirmó que el decodificador de la señal satelital de DirecTV espiaba a los ciudadanos, acabó con la grandeza de un edificio de gran valor arquitectónico, institucional y político, uno de los legados del primer gobierno del General Antonio Guzmán Blanco, el Palacio Federal Legislativo.
¿A dónde llegamos?.