Varios dirigentes del chavismo controlan más de un cargo ejecutivo.
PEDRO PABLO PEÑALOZA | EL UNIVERSAL
Jugando al periodista, un diputado rojo ayer en el Parlamento empuñaba su teléfono como un micrófono para entrevistar a un colega: "¿Piensa que la salida del ministro Jorge Giordani abre un boquete en el liderazgo del presidente Nicolás Maduro?". "¡Tú estás loco!", fue la respuesta que vino acompañada de una media sonrisa que delataba de todo menos alegría.
Giordani se marcha y deja un estropicio. En la carta que marca su despedida, el ex titular de Planificación lanza un comentario que escuece a los "históricos" del chavismo: "La improvisación de cuadros sin experiencia y designaciones poco adecuadas para el manejo de los grandes fondos del Estado pone en jaque la unidad de los cuadros bolivarianos".
En su misiva, el profesor lamenta que "ni siquiera" pudo plantearle a Maduro "una potencial nueva actitud en los nombramientos".
Un antiguo parlamentario y fundador del Movimiento Quinta República da la razón al viejo consejero del difunto Hugo Chávez. "Aquí todo se divide entre militares, recién llegados y figuras que concentran varios cargos", resume. Ante la proximidad del III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela, a celebrarse del 26 al 29 de julio, dirigentes "originarios" del proceso se reúnen, evalúan con mirada crítica el desempeño del Gobierno y cuestionan que Miraflores deseche a factores que acumulan amplia "experiencia".
Verde oliva
Los militares avanzan en la administración de Maduro. El general de brigada Rodolfo Marco Torres ocupa la cartera de Finanzas, mientras que los mayores generales Miguel Rodríguez Torres y Hebert García Plaza despachan en Relaciones Interiores y Alimentación, respectivamente. García Plaza, además, es jefe del Órgano Superior de la Economía.
El responsable de Transporte Acuático y Aéreo, Luis Gustavo Graterol, es general de brigada y se venía desempeñando como director general del Aeropuerto de Maiquetía.
El general Carlos Osorio encabeza la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y es ahora ministro de la Secretaría de la Presidencia, al tiempo que el teniente Jesse Chacón lleva Energía Eléctrica.
Sobran quienes tienen más de un cargo. El teniente José David Cabello dirige el Seniat y el Ministerio de Industrias; Rafael Ramírez, vicepresidente del área económica, controla Petróleos de Venezuela y el Ministerio de Petróleo; y Elías Jaua es canciller y maneja la Corporación de Miranda.
"Históricos" del chavismo ven con recelo el ascenso de Reinaldo Iturriza en Comunas, Delcy Rodríguez en Comunicación y de Andreína Tarazón, ministra de la Mujer y jefa del órgano superior de la Gran Misión Hogares de la Patria. Igualmente, afirman que Jehyson Guzmán llegó a la cartera de Educación Universitaria por su relación con el gobernador de Aragua, Tareck El Aissami.
"Ponen de ministro al 'potro' Álvarez y sacan a Giordani", critican con una mezcla de indignación y nostalgia.
"Decidí seguir colaborando en el gobierno (...) poniendo siempre por escrito a la dirección política del proceso, no solo mis discrepancias, sino también propuestas concretas, que ni siquiera fueron comentadas", se excusa el Monje, como lo llaman por su estilo austero, en la misiva de más de 12 páginas, titulada Testimonio y responsabilidad ante la historia en la cual hilvana como fue perdiendo influencia en el Gobierno.
"Resulta doloroso y alarmante ver una Presidencia que no transmite liderazgo, y que parece querer afirmarlo en la repetición, sin la debida coherencia, de los planteamientos como los formulaba" Chávez, suelta, para luego criticar "el otorgamiento de recursos masivos a todos quienes lo solicitan sin un programa fiscal encuadrado en una planificación socialista" y "la política frente a los agentes privados". "A la luz de estos hechos surge una clara sensación de vacío de poder en la Presidencia, y concentración en otros centros de poder, destruyendo la tarea de instituciones como el Ministerio de Finanzas y el BCV, y dando por hecho consumado la independencia de Pdvsa del poder central".
Giordani reconoce que "los primeros síntomas de ruptura (...) se comenzaron a manifestar en la medida" que se deterioraba la salud de Chávez, lo que impidió un contacto directo. Cuenta que "con la ausencia de Chávez y las escasas reuniones sustantivas del Gabinete" le tocó realizar una "serie de documentos" para alertar sobre la situación económica. Según el relato sólo uno le llegó a mano de Chávez en el único Consejo de Ministros que celebró (20/10/12), con un documento previo enviado a La Habana asegura que logró paralizar el "mecanismo perverso" del Sitme. Un tercer documento se lo entregó a Maduro "haciéndole ver la necesidad de asumir la gravedad de la situación planteada". El borrador de un cuarto texto lo terminó tres días antes de la muerte de Chávez.
Alega que reclamar "la interferencia de asesores franceses" en Finanzas lo alejaron más de Maduro. "Si bien el acto con mayor impacto político mediático pareció ser la devaluación, el resto de los anuncios, un aluvión de gastos, me hizo dudar acerca de la medida en que se había aceptado el estructurado conjunto que yo le había presentado". Alerta que "no solo no se aprobó lo propuesto, sino que se inició una nueva oleada de grandes gastos sin los requisitos diseñados, y con el agravante de los gastos aprobados por el Gobierno de calle, decididos sin estudio previo, improvisados de hecho".
"Chávez no evadía, resolvía", parece dejar como recomendación Giordani a Maduro al destacar los pilares del gobierno de Hugo Chávez.
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