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domingo, 19 de julio de 2015

Perfil: ¿Quién es @inesitaterrible. Por Julett Pineda


Por Julett Pineda | Prodavinci

Inés González tiene 42 años de edad. Es la mayor de tres hermanos y se llama Inés como su madre, Inés Árraga. El apodo de Inesita vino por ser la más pequeña de todas las Inés que hay en su familia. El adjetivo de terrible llegó después, en 2011, cuando volvió a abrir su cuenta de Twitter después de que la anterior, según dijo, fue hackeada. Es maracucha y se autodefinió agitadora de oficio y disidente del régimen cuando escribió su biografía de la red social de los 140 caracteres. Así, @inesitaterrible parece ser el alter ego de una doctora en química que sus allegados describen como una persona tranquila y con bastante sentido del humor.

El 4 de octubre de 2014, Inés fue detenida en Maracaibo por fuerzas de seguridad del Sebin. Su 2.0 lo constata: fue la última vez que tuiteó desde su cuenta personal. Había sido imputada por los delitos de instigación al odio, ultraje a funcionario público y ultraje violento por tuitear sobre la muerte del fallecido diputado Robert Serra. Tras 48 horas en detención, fue presentada ante el juzgado pero la audiencia fue diferida para el día siguiente. El 7 de octubre se presentó nuevamente y se ordenó su privativa de libertad. Fue trasladada a El Helicoide.

Antes de ser enjuiciada, Inés llevaba una rutina sencilla entre su casa, su trabajo y sus amigos. Sus allegados aseguran que es muy estudiosa. Incluso, en su timeline de Twitter se ha autodefinido como una nerd. Siempre le apasionó la química. Luego de culminar sus estudios en 1990 en el Colegio San Vicente de Paúl, estudió Química en la Universidad del Zulia. Sus familiares cuentan que siempre tuvo esa vocación. Se planteó cursar un doctorado para continuar sus estudios en el área: hizo un Magister en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas y luego sacó un PhD. en la Universidad de Akron, en Ohio. Trabajó como investigadora en el IVIC.

Su cuarto y su celda no se parecen en nada. Inés ha llegado a compartir celda hasta con quince mujeres más. No obstante, en ambos lugares tiene sus libros sobre química. A su familia le extrañó recibir el pedido de Inés de que le llevaran a El Helicoide sus textos de ciencias, pero se los llevaron. Fueron varias cajas. Los quería para enseñarle química a una compañera, también privada de libertad, que deseaba estudiar Enfermería al salir. Para no desaprovechar el tiempo, Inés le explicó la materia a la muchacha durante su estadía.

Además de Inesita, otros siete tuiteros venezolanos fueron privados de libertad el año pasado por escribir en la red social textos relacionados con el asesinato de Robert Serra: Leonel Sánchez (@AnonymousWar), Víctor Ugas (@VictorUgas), Ginnette Hernández y Lessi Marcano (@Hiipolita), Daniely Benítez (@pretinha76), Abraham David Muñoz (@AbrahamDZ) y María Magalys Contreras (@marletmaga).

Al momento de publicar este post, los tres últimos ya se encuentran en libertad. El resto continúa esperando que se suspendan sus sentencias.

La cuenta @inesitaterrible

Con más de 68 mil seguidores y más de 25 mil tuits, la cuenta @inesitaterrible tiene un índice klout de 60. Es relativamente alto, según este indicador que ubica la influencia de un usuario con respecto a sus seguidores en una escala de 0 a 100 y basa su cálculo en factores como número de seguidores, retuiteos y hashtags.

A pesar de que en su familia sabían que utilizaba Twitter para expresarse y desahogarse, no estaban conscientes del impacto que causaba lo que Inés decía. Ni siquiera ella lo sabía. No fue sino hasta recibir las primeras amenazas por esa misma vía que le pidieron que dejara de tuitear para evitar problemas, pero dicen que la doctora en Química era a veces un poco impulsiva y terca. Así como también es dueña de una fe sobre la cual afianza su esperanza de ser liberada para continuar dedicándose a sus investigaciones de carácter científico.

Desde el primer momento, durante la imputación, tenía miedo pero no se mostraba negativa. De hecho, sus abogados recuerdan que el día que fue enjuiciada, era Inés quien les daba ánimos y decía que todo iba a salir bien. Hoy, en su celda de El Helicoide, le comenta jocosamente a quienes la visitan que ahí no le afectan esos problemas que a todos aquejan, como la escasez. Resulta que la sociedad civil contribuye con los detenidos y les hacen llegar productos básicos: “Aquí no se va ni la luz ni el agua y hay todo lo que afuera escasea: jabón, desodorante y papel higiénico”.

Inés González lleva más de 280 días privada de libertad.


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