La concejal -hasta hoy- Karin Salanova y su comando de campaña obtuvieron 69.140 votos de las cajas de cartón del CNE. Su contrincante Rosa León, 69.058. Esa pequeña diferencia resultó en la mayoría calificada para la fracción de la MUD en la nueva Asamblea Nacional, con los máximos poderes legislativos que contempla la Constitución. Y Salanova no piensa que fue por suerte.
Andrea Hernández / FOTOS: ANDREA HERNÁNDEZ / EL IMPULSO
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Todo está en su lugar.
El escritorio no tiene un papel de más, las papeleras están vacías y un corcho con los dibujos de corazones y ángeles cuelga en la pared. Nada sobra ni falta y todo cumple una función en su espacio. En la fría oficina se escucha una ronda de aplausos y “bravos”, y entra Karin Salanova: la diputada 112 de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) por una diferencia de 83 votos. La mujer que logró la mayoría calificada en la Asamblea Nacional (AN) para la oposición mide poco más de metro y medio y suelta una sonrisa fácil. Lleva un rosario amarillo, azul y rojo que en vez de la cruz tiene un mapa del país -sin la zona en reclamación- y el rostro fresco, como si las 36 horas que pasó sin pegar un ojo, mientras esperaba la adjudicación de su nuevo cargo, se hubiesen anulado con el triunfo. No siempre fue tan popular en los pasillos empapelados con la cara del expresidente Hugo Chávez que comparte con el alcalde del Municipio José Félix Ribas, Juan Carlos Sánchez. Cuando asumió su cargo como concejal, la bienvenida fue cruel. “Nos cayeron a golpes. Literalmente. Ni las secretarias querían trabajar, pero poco a poco hicimos las paces”, recuerda. El coordinador de la MUD para la parroquia Zuata, William Escalona, la describe como una persona “de carácter” y asegura que hoy en día se necesitan personas firmes y cumplidoras para optar por los altos cargos.La renuncia
Salanova es puntual a pesar de que su agenda está más llena que nunca y de que hoy renunció a su puesto como presidenta de la Cámara de Concejales. Abandonó el cargo como funcionaria municipal, que ocupa desde hace dos años, para convertirse en parlamentaria, como lo establece el artículo 189 de la Constitución. La abogada de 40 años es oriunda de La Victoria, estado Aragua. Estudió en la Universidad Santa María en Caracas, pero volvió a su tierra para impulsar el cambio desde el partido político Primero Justicia (PJ). Cuando hacía el trabajo de casa por casa -visitas a cada hogar de la circunscripción 3- se encontraba con personas que conoce de “toda la vida”. “Así que el compromiso es mayor. Yo vivo aquí, a mí me afecta lo que pasa en este circuito”, subraya, y coloca las manos sobre el escritorio. Su gancho en la Asamblea es la ley de producción. Pretende pujar por un conjunto de normas que devuelvan a La Victoria, y al resto del país, su naturaleza lucrativa. “Esta era una zona industrial. Ya no queda ni el 30% de las empresas y estoy siendo generosa. ¿Sabes que la bandera del municipio Ribas tiene una fábrica?”, comenta. También menciona el paquete de 12 leyes que promoverá junto con los demás diputados de la MUD. Entre los proyectos resaltan la ley “candado”, que pretende que el presidente Nicolás Maduro se ocupe primero de las viviendas de los venezolanos en lugar de regalar casas en República Dominicana, por ejemplo; la ley de repatriación del capital; una revisión del aparato judicial, y la ejecución de la ya aprobada ley de desarme. La futura diputada barre la pregunta de si cree que el primer mandatario obstaculizará el trabajo de la MUD en el Parlamento con la respuesta de una política sazonada, a pesar de su corta carrera: “Creo que todos los que estamos aquí queremos reconstruir el país y creo que Maduro debe trabajar en función del bienestar de los venezolanos; tanto los que votaron por él como los que no”.El circuito perdido
Salanova promete ocuparse también a los que no votaron por ella. Hasta ahora, su función ha sido atender como concejal todas las denuncias “de todos y por igual”. “Se han aprobado recursos incluso para las comunas porque estas son parte de las comunidades y existe una relación con ellos”, aclara. En las elecciones parlamentarias de 2010, el chavismo logró una diferencia de 20 puntos. Es por eso que este circuito se daba por perdido. De hecho, solo la postularon porque la MUD necesitaba una candidata mujer para cumplir con la resolución de paridad de género. A pesar del pesimismo con el que encararon el 6D, se comenzó a hacer un trabajo “titánico”, según la abogada. Ella y su comando de campaña arrancaron con una planificación de tres caminatas por día en municipios distintos durante 120 jornadas. Poco antes de los comicios, sacaron la cuenta: conversaron con 36 mil personas y almorzaron en más de 6 mil hogares. El intensivo casa por casa fue lo que les consiguió los últimos 83 electores. Esos votantes fueron contados de forma manual porque la máquina de Smartmatic no transmitió los resultados de forma automática cuando se cerraron las mesas. Los sacaron de las papeletas de la parroquia Zuata, centros de votación Unidad Educativa Estadal Negra Matea y Liceo Bolivariano Zuata. En las elecciones presidenciales de 2014, Maduro arrasó con 73% de los votos en el primero y con 67% en el segundo. El ex candidato a la presidencia y gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, no le llegó ni a los talones en esa parroquia. El taxista Joaquín Villareal opina que el fenómeno de Zuata parece producto del voto castigo. Sin embargo, la parlamentaria considera que el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) perdió porque han politizado las ayudas y radicalizado su discurso: “Si no me apoyas, no sirves”. Además, se le suman las promesas incumplidas de la diputada y candidata a la AN por el mismo circuito, Rosa León. “Mi adversaria lleva 16 años ocupando cargos públicos. Imagínate una persona que no haya dejado nada a esta circunscripción en ese tiempo. ¿Qué más puede ofrecer?”, pregunta. El Psuv ganó el voto lista en el circuito 3 de Aragua, pero Salanova logró el escaño. “Por mí hubo mucho voto cruzado. Creo que pasó porque aunque creen en su partido, no creen en mi contrincante”, dilucida.Basta de show
“Maduro dice que vamos a quitar misiones, leyes y luego que no las vamos a quitar. Eso es mentira”, señala. Explica que sus intenciones son mejorar lo que ya existe. Considera que el Presidente debería esforzarse en su gestión porque la crisis que vive Venezuela no da para más “show político”, sino para trabajar y para hacer políticas públicas. Para eso los contrató el pueblo. En especial, y en su caso, esas 83 personas que le dieron un voto de confianza. La entrevista con Salanova duró 30 minutos exactos -foto y despedida incluidos. Lo único que cambió en su oficina durante la conversación, fueron dos tacitas de café que trajo el secretario de organización de PJ, Ricardo Menéndez, como el ministro. De resto, no hay tiempo que perder. A trabajar, sin una palabra más ni menos.Twittear |